top of page

"Hemos estado pescando demasiado. Hemos tirado por la borda las capturas que no queríamos. Y hemos permitido que la flota se haga obesa. Tenemos que romper el círculo vicioso: hay cada vez menos peces, así que dedicamos más esfuerzo y potencia a pescar, lo que provoca que haya todavía menos pescado, lo que obliga a aumentar la potencia y el esfuerzo, y así continuamente". María Damanaki, comisaria europea de Pesca

Pocos peces en el mar y demasiados barcos en el puerto

Desde la ampliación en los años 70 de las aguas territoriales a 200 millas  por la mayor parte de los Estados, la industria pesquera  española se ha visto con gran dificultad para realizar su actividad en las  zonas en las que lo hacían antaño. La gran competencia por adquirir una licencia de pesca y la cada vez mayor presión ecologista han frenado el gran crecimiento de este sector que se convirtió a España entre los 50 y los 60 en el tercer país con la mayor flota pesquera del mundo. 

Tras la entrada de España en la Unión Europea, la situación no ha mejorado mucho. La mayor  parte del sector pesquero creyó que la nueva posición española dentro de Europa supondría grandes superficies marítimas donde realizar sus capturas, pero la realidad es que las autoridades europeas no estaban dispuestas a admitir grandes capturas.

El presente y futuro de la actividad pesquera recae en las políticas europeas, concretamente en la Política Pesquera Común (PPC) que rige todas las normas y directrices que deben seguir las distintas flotas pesqueras de Europa. La  PPC busca establecer una pesca sostenible y que no sea dañina para el medio acuático, mantener un control sobre el grueso de las flotas pesqueras y las capturas permitidas en aguas europeas, apoyar el desarrollo de un sector acuícola dinámico en la UE (criaderos de peces, mariscos y algas), proporcionar financiación y asistencia técnica al sector pesquero, así como negociar en nombre de los países europeos con el resto de Estados.

Aunque en el momento de su implantación se impuso con gran autoridad, la realidad es que ha sido un fracaso. Según la comisaría Europea de pesca, Maria Damanaki, no se han respetado los niveles de pesca adecuados, y la actividad de pesquera ha sido desmesurada en comparación con la realidad de los fondos marinos, según los científicos europeos se ha permitido una captura superior al 40% de recomendad. Otro apartado de las autocríticas de la comisaría ha sido el esfuerzo insuficiente por intentar disminuir el número barcos pesqueros, aunque muchos barcos eran retirados del las aguas, los avances tecnológicos de los restantes han hecho que la capacidad pesquera europea creciera un 3% entre 2000 y 2006.
 

Los números no engañan y por ello las autoridades europeas ya han preparado una reforma que entrará en vigor en 2013. La propuesta presenta aspectos como la decisión de usar los planes a largo plazo como un eje de vertebración de la gestión pesquera, la incorporación de la aproximación ecosistémica, la voluntad de conseguir el rendimiento máximo sostenible, y la decisión de afrontar las problemáticas de los descartes(devolver al mar la parte de lo pescado que no interesa, ya sea por su tamaño o por la especie).
 

La realidad pesquera actual difícil en , ya que las restricciones de pesca debidas a la sostenibilidad hace que el abultado número de pescadores españoles tenga una actividad reducida, traduciéndose eso en menos ingresos económicos. Si el nuevo plan de Política Pesquera Común se aplica con mano dura, la situación empeorará para este sector, aunque será un alivio para los caladeros europeos. El futuro de la industria pesquera española está en la adaptación a la pesca selectiva y una adecuación a las normas dictadas por Europa, incluyendo una reducción cuantiosa del número de barcos pesqueros.



 

    bottom of page